LA TRAGEDIA
Casi todos los autores clásicos de tragedias enarbolan los conceptos de nobleza, heroísmo, belleza y grandes verdades, como características enaltecedoras del género. Pero estas características brillan por su ausencia en algunas fundamentales tragedias modernas.
Definiciones y elementos
Arthur Miller: Basándose en Aristóteles, proporciona una definición moderna de la tragedia: “Documentación perfectamente equilibrada de los momentos de la lucha del hombre por conseguir su felicidad; la tragedia surge y llega a ser inteligible cuando en esa lucha el hombre es vencido y deshecho”.
Alfonso Sastre: Enumeró “la sustancia metafísica” de la tragedia: a) Una situación cerrada b) en la que se encuentran existiendo (facticidad) c) unos seres condenados a morir d) que desean —en realidad es una exigencia previa, no deliberada, anterior a todo deseo, biológica, constitutiva— una felicidad e) que, al menos como estado de plenitud, les es negada f) y, a veces, se interrogan sobre su destino (mundano y ultramundano) g) y sobre el pecado desconocido o la culpa por la que son castigados h) Es una lucha i) en la que la vida humana es siempre derrotada j) en momentos que provocan horror (ante la magnitud de la catástrofe) y piedad (ante la nihilidad del ser humano) en el espectador de esta derrota, en la que ve, anticipada, su propia y natural derrota, a la que está abocado por el simple hecho de existir.
El héroe de la tragedia es el culpable de su destino
Para Arthur Miller, la tragedia es la lucha del hombre por conseguir su felicidad; la tragedia surge y llega a ser inteligible cuando en esa lucha el hombre es vencido y deshecho”.
Alfonso Sastre, la tragedia es una situación cerrada en la que se encuentran existiendo unos seres condenados a morir que desean una felicidad que, al menos como estado de plenitud, les es negada y, a veces, se interrogan sobre su destino en éste mundo y en del más allá y sobre el pecado desconocido o la culpa por la que son castigados. ésta es una lucha en la que la vida humana es siempre derrotada en momentos que provocan horror, ante la magnitud de la catástrofe, y piedad, ante la nihilidad del ser humano, en el espectador de esta derrota, en la que ve, anticipada, su propia y natural derrota, a la que está abocado por el simple hecho de existir.
Racine decía que “un buen poeta puede justificar los más horrendos crímenes y hasta hacer sentir piedad por los criminales”. Frente a quienes argumentaron que aquello era imposible e incluso le ridiculizaron, decidió escribir la tragedia de Fedra: con ella demostró que los espectadores se compadecían de los infortunios de la criminal madrastra mucho más que del virtuoso Hipólito.
Para Corneille, en la tragedia se ensalza el sentido heroico de las acciones valerosas. Lo trágico se transforma en sacrificio por un ideal patriótico, y se ensalzan la caballerosidad, el arrojo, la renuncia y, por encima de todo el honor.
El universo entero al que el hombre no sabe o no puede adaptarse es el culpable de la tragedia
El héroe de la tragedia era el culpable de su destino, hasta que Nietzsche escribió El origen de la tragedia y nos hizo ver que no era el héroe quien fallaba, sino el universo entero al que el hombre no sabía o no podía adaptarse.Para los existencialistas
el hombre vive sumido en la angustia de la nada anterior a su nacimiento y la nada posterior a su muerte. Su existencia es un esfuerzo inútil o “una pasión inútil”. En cierto modo, el existencialismo cierra el círculo con la tragedia griega, en la que se abatía sobre los hombres la fatalidad. El sentimiento “de horror y piedad” que la tragedia inspira se ve superado por el sentimiento de “lo fatal”.__________________________________